En el año 2014 el FBI calificó al maltrato animal como un delito grave, el mismo que en el año 2016 estableció y tipificó como delito grave federal ”Clase A” tal como ocurre con los delitos de homicidio, incendio premeditado y asalto. Por otro lado, basta con conocer las historias de los más terribles sociópatas como Albert DeSalvo, Henry Lucas, Kip Kinkel o John Edmund Emil Kemper, entre muchos más, para entender porque el maltrato animal antecede a actos criminales como homicidios, crímenes en serie, tortura, abuso sexual y/o pedofilia, entre otros.
Lo más común en nuestra sociedad, es pensar y justificar una barbarie de estas, imaginando que un criminal psicópata fue maltratado en su niñez, pero no siempre es así. La historia de Jeffrey Dahmer es justamente lo contrario, quién tuvo una infancia feliz al lado de sus padres pero que a los 10 años comenzó a torturar animales y a coleccionar sus huesos y más adelante, terminó siendo el asesino en serie de 17 personas, practicando el canibalismo y la necrofilia.
Para entender un poco más acerca de el peligro que significa ignorar o no corregir esa conducta cruel de algunos niños para con los animales, hemos invitado a la Dra. Eugenia Elena Maya Montoya, Sicóloga y Psicoanalista egresada de la Universidad de San Buenaventura (Colombia) con más de 30 años de experiencia, para que nos explique desde el punto de vista médico, el peligro de una conducta maltratadora en los niños.
1.¿Qué relación o similitud puede haber entre un niño que maltrata animales y un psicópata?
El niño como el psicópata, puede presentar comportamientos sádicos, que son el goce por el dolor ajeno, que si se mantienen hasta la edad adulta, ya no hablamos de “normalidad” sino de psicopatía que es un trastorno de personalidad. Se considera “normal” hasta los 5 años, pero de ahí en adelante, deben desaparecer. Si este cambio no sucede de forma natural, los educadores deben intervenir en el desarrollo de su CONCIENCIA, como aquella que nos señala la diferencia entre lo que está bien o mal y genera sentimientos de compasión y respeto por el otro, sin importar LA ESPECIE, el género, la raza, la clase social, la edad, por mencionar algunos.
2. ¿Cuáles son las causas más comunes que llevan a un niño a maltratar animales?
Una mala inclinación, porque la mayoría de los niños desde temprana edad, manifiestan compasión: dolor por el sufrimiento ajeno. Otros responden a un mal ejemplo, porque lo asumen como un comportamiento “norma-l” y la mayoría, actúan así, por ausencia de la intervención de los educadores que CORRIJAN las actitudes anómalas.
3. ¿Qué consecuencias puede traer el hecho que un niño que maltrate animales?
Si no se le corrige, consolida una personalidad ANTI-SOCIAL, caracterizada por:
– La falta de respeto a la norma que consagra que: “tu derecho llega hasta donde empieza el del otro”, fundada en el principio: “No hagas a otro, lo que no quieras que te hagan a ti”.
– La ausencia de remordimiento o culpa por dañar o causar dolor consciente y deliberadamente.
– El no desarrollar auto-control ante los comportamientos indeseables o dañinos.
4. La gravedad del caso ¿tiene que ver con la edad del niño? Es decir, ¿es lo mismo un niño de 5 años tenga esta conducta que uno de 10?
Entre los 5 y 7 años, se debe desarrollar la CONCIENCIA, QUE ES EL FRENO ANTE LOS COMPORTAMIENTOS A-NORMA- LES. De ahí en adelante, hay que preocuparse SERIA- MENTE, por comportamientos desconsiderados o de mal-trato ante el otro “indefenso”
5. La gravedad del maltrato tiene que ver la clase de animal que maltrata? ¿Es lo mismo maltratar a un perro que a un insecto?
Es lo mismo. Mal trato, es maltrato. Por eso no se legitima la jornada taurina, el coleo, peleas de gallos, perros o cualquiera otra forma que le genere stress o sufrimiento al animal. Pero es mucho más grave, si se trata de la mascota, que es como un miembro de la familia, con quien se supone, hay un vínculo afectivo.
6. ¿Cómo se debe corregir a un niño que maltrata animales? ¿En qué casos recurro a un especialista?
Si con la corrección de los educadores, no se efectúa el cambio deseado, es necesario consultar al psicólogo, cuanto más temprano, mejor. La corrección, depende de la personalidad del niño. Unos solo necesitan que se le explique el impacto de su conducta en ese otro ser vivo que siente y sufre. Si esto no es suficiente, hay que pasar al castigo y si tampoco funciona, “la ley del talión”: “ojo por ojo”, para que sienta en carne propia, el dolor ajeno. Mucho se escandalizaran, pero eso se explica, por lo se denomina: “la etapa especular”, es decir, verse en el espejo: ver en el otro un reflejo de mí, otro que sufre como yo. Algunos no aprenden por cabeza ajena, tienen que padecer en carne propia. Eso se aplica, cuando fallan otras formas, para hacerle entender, “el dolor ajeno”
Por favor, la próxima vez que veas a un niño agrediendo, lastimando o molestando a un animal, no lo permitas, Aunque te parezca una posibilidad muy lejana, puedes estar evitando que en un futuro ese niño se convierta en un individuo capaz de hacer que muchas personas inocentes sufran de una manera inimaginable, tal como ocurrió con todas aquellos que fueron asesinados cruel y despiadadamente por adultos que alguna vez no fueron corregidos porque nadie vio la gravedad del problema.