Semana del gato negro

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Hace mucho tiempo queríamos hacer esto. Y es que nos parece francamente increíble que aún existan personas que piensen que los gatos negros son de mala suerte.

Afortunadamente esto ha ido cambiando y en países como Italia, celebran el Día del Gato Negro. En Inglaterra por ejemplo, un gato negro es considerado un buen augurio para un matrimonio joven y antiguamente, los marineros creían que uno gato negro a bordo, era de muy buena suerte.

Por muchos años, la humanidad ha creído que eran huraños, ingratos y poco expresivos. En la Edad Media incluso, los gatos negros eran satanizados y perseguidos por considerarlos diabólicos. ¡Que equivocados hemos vivido!… los gatos en general, son todo lo contrario. Un gato sabe lo que quiere y rara vez se acercará a tí por puro interés. Consíderate afortunado si tienes uno a tu lado porque es un verdadero honor que un gato te haga parte de su grupo social. De diabólicos no tienen nada porque si aún no lo sabes, son unos excelentes guardianes espirituales. Por último, son animales demasiado expresivos. Tienen un lenguaje corporal demasiado amplio y solo es cuestión de aprender a conocer lo que su cola, mirada, orejas y torso te quieren decir y que jamás, debes confundirlo con el lenguaje de los perros.

GATO Negro

Por ahora les presentamos a Pepe, una enigmática mini pantera de 13 años, que ama comer (se nota!) y tomar el sol, y qué tal y como pueden apreciar, es lo más aristocrático que puede haber. Miren esa pose, ese garbo, esa sutileza y sobre todo, ¡esa mirada! ¿Quién se atrevería a decir lo contrario?

Pero te vamos a contar una cosa más y tiene que ver con el origen de la vinculación de los gatos negros a la mala suerte. En la edad media, el folklore celta incluyó a estos gatos en sus leyendas, creando la fábula de «Cat Sith», un gato negro con una mancha blanca en el pecho (como Barry Allen).

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En un principio se recreó como un hada encarnada en un gato, pero poco a poco fue degenerándose esa imagen para acabar convertido en la personificación de una bruja. Podría decirse que fue ahí cuando empezó a extenderse su “mala sombra” y poco a poco su mala fama se extendió por toda Europa, asociándolos a las brujas. Por esta razón y desgraciadamente, hubo una auténtica persecución y los gatos negros que se veían eran torturados y quemados de manera salvaje. Algo realmente espantoso basado tan solo en una creencia popular absolutamente falsa.

¿Ves? No hay por qué creer todo lo que dicen ahí, un gato negro no es más que un gato al igual Barry quién aceptó muy posudo él, hacer parte de la Semana del Gato Negro.

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Ahora le tocó el turno a Sirius (y tenemos un “colao” que es su hermanita Sutti) quién no se pudo aguantar las ganas de enviarnos sus mejores ángulos y además pedirnos que en esta semana, habláramos sobre las razas de gato negro que existen en el mundo.

Si tienes un gato negro te contamos que puede que este sea uno de raza Bombay o de raza Común Europea. Los orígenes de los felinos negros de raza común europea son desconocidos pero normalmente tienen un cuerpo atlético y no son completamente negros, sino que tienen algunos pelos de color blanco en su pelaje mientras que los gatos raza Bombay surgieron en la década de los 50 en Kentucky (EEUU) cuando una criadora llamada N. Horner cruzó gatos de raza Burmés de color marrón con gatos de raza american shorthair de color negro. Estos gatos tienden a ser más gruesos que los europeos comunes y con las facciones de la cara más parecidas a los american shorthair. En realidad, ambos son muy parecidos físicamente y tienen una personalidad y un carácter similar: dóciles, cariñosos y algo nerviosos.

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 «Crecí en una ciudad costera desértica donde no llueve. Allí es difícil que sin ayuda de buenos abonos, riego constante y algo de dedicación, florezca algún tipo de planta. El jardín de nuestra casa solo tenía grama y plantas ornamentales que muy concienzudamente, un jardinero organizaba semanalmente.

Un noviembre (cuando empieza el verano) llegó un gato negro tan pequeño que al principio creíamos que era cachorro. Le gustaba posarse justo en la mitad del jardín y se quedaba largas horas allí observando todo hasta empezaba a oscurecer. Los días pasaron y en abril, cuando entra el invierno, notamos que una pequeña planta había nacido justo en el aposento de nuestro visitante.

Para el año siguiente esa planta ya era un arbusto tipo enredadera, enorme, verde, frondoso y ¡repleto de jugosos tomates! El gato negro se quedaba allí horas, protegiéndose del sol, de la garúa* o simplemente «meditando la vida». De vez en cuando un tomate maduro caía y aquel gato negro lo mordía o jugaba con el como si fuera una pelota.

Y fue así que un día, decidimos que aquel gato era nuestro! Mi mamá le mandó a hacer un collar un poco improvisado con nuestro teléfono y su nombre: Tomate. Al día siguiente, una señora llamó de un barrio contiguo a contarnos que hacía 3 años, Tomate les pertenecía a ellos, pero finalmente terminó cediendo y dejándolo salir a “callejear”. Esto nos alegró mucho ya que solo entonces, supimos en donde era que pasaba las noches.

Pasaron unos 6 años y el arbusto siguió creciendo (ya parecía un árbol) dando cada vez más tomates y nuestro Tomate logró ganarse un lugar en nuestras vidas y el respeto de nuestro perro un pastor alemán muy activo y juguetón.

Transcurrieron 3 años más y un día Tomate no volvió. Mi mamá llamó a la “dueña” quién le explicó que Tomate estaba muy enfermo. Lloramos mucho y lo fuimos a visitar. Le llevamos un par de tomates de su árbol y estoy segura que se alegró mucho al vernos. Pasó una semana más y él no sanaba pero sorprendentemente, una tarde… ¡Tomate apareció! caminaba muy lento pero logró acomodarse debajo de su planta, conciliar el sueño y disfrutar de los últimos rayos de sol. Nunca más despertó  Lo enterramos debajo de ella por supuesto, pero 3 meses después y por más esfuerzos que el desesperado jardinero hiciera aquel hermoso arbusto se achiquitó, se marchitó y terminó resquebrajándose como un eucalipto viejo.

Esta fue la primera experiencia que tuve con un gato y fue muy edificante porque lo amé sin invadir, sin poseer y sin depender»

*Garúa: Lluvia muy fina que cae con persistencia.

adopta un gato negro

Así que ya sabes: ADOPTA UN GATO NEGRO porque además de ser muy actual y elegante siempre combina con TODO: con tus amigos, con tus muebles, con tu ropa y todos tus zapatos, con tu novio(a), con tu familia pero sobre todo, combina contigo!

Porque con un gatito negro en tu vida, siempre “irás a la fija”