La medicina biológica y los animales

Hace 6 años, cuando le diagnosticaron Insuficiencia Renal Felina a mi gatito de 4 años, creí que le quedaban pocos meses de vida. Hice todo lo que el médico veterinario me indicó: darle concentrado medicado, aumentar el consumo de dieta blanda, inducirlo a que tomara más agua y darle el tratamiento medicinal respectivo pero, dos años después, adicional a la enfermedad renal, le diagnosticaron Nefrolitiasis (cálculos en los riñones). Fue intervenido, le quitaron sedimento de la vejiga y le extrajeron un cálculo de oxalato de calcio (los que no se disuelven) y si bien la cirugía fue un éxito, clínicamente empezó a mostrarse muy decaído. En ese momento, ademas de llorar, desesperarme, angustiarme y odiar a todas las veterinarias (si suele pasar, casi siempre los veterinarios tienen la culpa porque algo hicieron mal pero de esto escribiré más adelante) decidí que si estaba en mis manos, haría todo lo posible por ayudar a que estas dos enfermedades, no acabaran con la vida de mi hijo peludo.

Con la ayuda de una buena amiga veterinaria fui a otra clínica veterinaria especializada en gatos, donde me propusieron hacerle a Balín un tratamiento homeopático. Era la primera vez que yo escuchaba que este tipo de cosas eran válidas para los animales. Yo creía que esas «agüitas» eran leyenda urbana o placebo. Lo primero que hice fue controlar mi desespero y ofuscación. Luego empecé a investigar sobre la medicina biológica y llegue a la conclusión que era una excelente opción para las enfermedades de Balín (así se llama mi gato). Es sorprendente los resultados que hasta la fecha se ha logrado con la salud de Balín. Luego de seguir el tratamiento recomendado, empezó a mostar los primeros resultados. Volvió a ser el mismo de siempre, a correr, a cazar sus juguetes y a salirnos a recibir muy contento cuando llegábamos a casa!

Hoy Balín tiene 10 años, sigue con insuficiencia renal y con cálculos y, sin embargo ha tenido una excelente calidad de vida. Quiero aclarar que si bien la medicina biológica logra excelentes resultados, no hace magia ni «inventa órganos» (aunque he sabido que lo hace con algunos tejidos, en ciertos casos) sino que ayuda a que el organismo se fortalezca para manejar determinadas enfermedades como es el caso de mi gatito. Obviamente a Balín hay que hacerle controles cada 6 meses y complementar el tratamiento con una alimentación medicada, una vida sin estrés y claro! destinar un presupuesto mayor que el de un gatito sano pero cada vez que llego a mi casa después del trabajo o cuando por las mañanas me da un «buenos días» ronroneando y moviendo la colita, pienso que ha valido todo el tiempo y dinero que he invertido en él.

He sabido que muchas personas que han elegido a la medicina biológica como parte fundamental de algún tratamiento, han obtenido increíbles resultados. Llegará el día en que Balín se vaya pero se que gracias a la medicina alternativa complementada con la alopática (medicina convencional), hoy no será ese día.